Una de mis nueras era renuente, pero ahora ella ya lo hace
Crecí con una mamá que trabajaba casi todo el día, porque ella sola nos estaba criando a sus cuatro hijos. Entonces tenía que recurrir mucho a lo congelado, para poder aligerar un poco su carga de trabajo doméstico, pues su trabajo laboral ya de por sí era pesado: era profesora de secundaria y preparatoria.
Cuando yo comencé a mi vez a criar sola a mis cuatro hijos, no eché mano de esa alternativa, ya que los primeros cinco años sólo contábamos con un servibar.
En realidad comencé a utilizar los congelados hasta que me jubilé. ¿Por qué hasta entonces? La verdad no lo sé. Yo creo que porque mientras mis hijos estuvieron conmigo, la comida no duraba
En fin... Hoy en día se pueden congelar un sin fin de alimentos, crudos o ya procesados, aprovechando las ofertas de la temporada. Recomiendo hacerse de un refrigerador con un congelador amplio.
- Elotes.- En plena temporada es muy común encontrarlos en súper ofertas; entonces puedes comprar varias docenas, los pelas, y los guardas en bolsas de plástico, así crudos. Otra opción es desgranarlos y guardar el grano crudo. Y otra alternativa es guardarlos ya cocidos, desgranados o no.
- Plátanos.- En los climas calientes como Hermosillo, los plátanos no duran. Yo compro varias bolsas cuando los veo en super oferta, y los voy consumiendo en lo que están todavía buenos. Una vez que comienzan a aparecer las manchitas negras, signo inequívoco de la maduración, los pelo y los guardo en bolsas de plástico.
- Tomate.- Por acá el tomate puede estar o muy caro, o extremadamente barato. Siempre que voy al súper, y lo encuentro mega barato, compro varias bolsas, procurando escoger de los más duritos. Una vez en el refrigerador, los voy vigilando diariamente, y en cuanto veo que algunos se están ablandando, los hago salsa. Es decir, los pongo a cocer partidos en trozos SIN AGUA, a fuego bajo. Los tomates sueltan mucho jugo durante la cocción; lo que hago es poner al fondo de la olla unos chiles, secos o frescos, guajillos, verdes, colorado, pasilla, el que gustes, y después los tomates. El jugo de los tomates hará que los chiles se ablanden y sean fáciles de licuar. No olvides retirarles las semillas a los chiles secos antes de ponerlos a cocer. Si les tiras el agüita que sueltan antes de licuarlos, te quedarán como un saludable puré de tomate, libre de químicos.
- Caldos.- Es muy frecuente que a las comidas con caldo, como gallina pinta, pozole, cocidos, etc., les sobre mucho líquido. No lo tires, guárdalo en botes de litro o medio litro, y te servirán para preparar sopas riquísimas.
- Fruta de temporada.- Por ejemplo el mango, que se pone muy barato en el verano, pero que tiende a madurarse demasiado pronto. Cuando lo encuentro en oferta, compro mucho, le quito la pulpa, y lo guardo en bolsas de plástico selladas. Después sirve para hacer unas exquisitas aguas frescas, o riquísimos licuados. Lo mismo se puede hacer con las fresas y otras frutas.
- Limón.- Recientes investigaciones han revelado que el limón congelado es buenísimo para la salud, con todo y cáscara. Puedes congelarlo entero, o rallado y colocado en charolas de cubitos de hielo.
- Frijol cocido.- De lo más fácil. Procura cocerlos con el agua suficiente para cubrirlos, para que a la hora de guardarlos, no desperdicies nada del caldito. Ya podrás agregarles más agua y otro poco de sal cuando los descongeles.
- Comida sobrante.- A mucha gente no le gusta comer lo mismo dos días seguidos (a nosotros mi mamá así nos acostumbró, a veces hasta tres veces; y así acostumbré también a mis hijos). La alternativa es que hagas el doble de comida, y lo que te sobre lo congelas. Se lo podrás dar a tu familia la siguiente semana. OJO: obviamente no todas las comidas son aptas para congelarse y consumirse recalentadas.
- Tortillas de maíz.- A una de mis nueras no le gusta congelar las tortillas, porque dice que luego no se pueden calentar bien. Esto pasa si deseas calentarlas justo cuando las bajas del congelador. Yo compro dos kilos de tortillas, y las congelo repartidas en pequeñas porciones. Cuando veo que se me están acabando las del refri, bajo un paquete para que se descongele DENTRO del refrigerador, lo cual ocurre en alrededor de 24 horas. Una vez descongeladas, las puedes calentar en el comal, y te quedarán casi como recién compradas.
Por supuesto que hay muchas más comidas que se pueden congelar; pero éstas son las que yo he comprobado que funcionan. Antes acostumbraba congelar también las carnes, el tocino y las carnes frías; hoy en día estoy migrando a la alimentación vegana, por eso es que no agrego ninguna carne. Ya les platicaré cuando aprenda a congelar los productos veganos que vaya aprendiendo a hacer
Siéntete libre de agregar más ideas funcionales que sirvan a la economía familiar, y que sean de bendición.
¡Shalom!