Pero Moisés falló UNA vez, y la consecuencia fue no entrar a la tierra prometida. Se le ordenó HABLAR a la peña para que diera agua, y en vez de eso, increpó al pueblo, y frente a todos ellos la GOLPEÓ dos veces. Obedeció la orden en parte, y en parte no. Aún así, la consecuencia parece demasiado dura, hasta injusta, dada la fidelidad mostrada, hasta ese día. Pero como Dios NO es injusto, entonces conviene analizar esta decisión.
Moisés y Yeshúa fueron fieles, y cada uno cumplió su parte en el rol asignado por el Eterno, dentro del plan de salvación.
Una sola ocasión Moisés hizo algo POR SU CUENTA, es decir, tomó una decisión guiado por los impulsos de su corazón. ¿Se le puede culpar de haber perdido la paciencia frente a aquella multitud? De haber dependido de mí, tal vez le hubiera pasado por alto aquella falla, tomando en cuenta los años que llevaba aguantando la ingratitud del pueblo. Pero analicemos una vez más la razón que dio el Eterno para dictaminar la consecuencia: “Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel…”
Fíjate qué interesante… lo que ha sido traducido como “no creísteis en mi”, en realidad dice “no fuisteis FIELES a mí”, pues el texto hebreo original usa el Strong hebreo #539, aman, que significa “fiel, fieles, firme, para confirmar, apoyo.” Pero si Moisés fue ejemplo de fidelidad, según da testimonio el autor de Hebreos ¿por qué este error fue de tanta relevancia, y no se pasó por alto? Veamos la siguiente razón:
Literalmente, este texto dice así:Citar:
” ¿Te das cuenta por qué la consecuencia fue tan dura? No sólo no obedeció FIELMENTE la orden, o sea, en cada uno de sus puntos, sino que además ¡LO HIZO ENFRENTE DE TODOS! Aquella gente estaba batallando para obedecer, su inercia siempre los jalaba a la rebeldía, y el Eterno los llevaba por el desierto todos esos años para probarlos, afligirlos, y volverlos a probar, literalmente como se hace con el metal para templarlo… lo que hizo Moisés no ayudó a ese propósito; y de haberlo dejado sin consecuencia ¿Cuál sería el mensaje? Uno que dice que tenemos la libertad de tomar nuestras propias decisiones en ciertas circunstancias atenuantes, aunque eso signifique violar un mandamiento.Citar:
Hoy en día la cristiandad sigue ese mensaje equivocado. Pareciera que el dios al que siguen o dicen servir, fuera uno diferente al mismo Dios que no le evitó la consecuencia a Moisés aquel día en el desierto.
Una vez más es pertinente la pregunta: ¿Somos fieles a la Voluntad de Dios? ¿Nos esforzamos para obedecer cada punto de sus mandamientos, sin que nos falte nada? ¿No nos consideramos libres de decidir el cómo, el cuándo y el por qué? Moisés fue fiel siempre, excepto esa única ocasión. Dios NO lo destruyó por eso, no lo mató, no lo aniquiló, como lo hizo con los hijos de Aarón. ¿Por qué? Porque Moisés cometió un error, su deseo fue siempre obedecer, y en un impulso cometió un error. El Eterno mostró su gracia, y no lo consumió; le perdonó la vida, y sólo le impidió ver la tierra prometida. Los hijos de Aarón eran rebeldes de corazón, y siempre buscaban pretextos para desobedecer. Y la prueba de que Moisés fue perdonado, es que los siguientes siglos Moisés fue recordado y honrado, hasta hoy, no por aquel error, sino por toda una vida de fidelidad a la Voluntad del Eterno.
¿Somos fieles como Moisés, o buscamos pretextos para no obedecer como Nadab y Abiú? Este día recordemos y meditemos en el error de Moisés, y en la rebeldía de Nadab y Abiú.
¡Shalom!