Re: Estudio sencillo del libro de los Hechos, desmenuzándolo verso a verso.
Aquellos judíos de
Éfeso, que sólo conocían el bautismo de
Juan, es decir,
NO conocían al
Mesías que
Juan anunciaba…
Hechos 19:5 escribió:
Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Esto quiere decir “
bajo la autoridad del Adon Yeshúa.”
El concepto de autoridad es un concepto que sólo existe en la iglesia cristiana respecto de pastores, líderes, curas, apóstoles, el Papa, etc. Pero al parecer no lo tienen muy claro respecto del
Eterno,
Yeshúa, la
Torá, el
Aliento Santo. De hecho, desde el momento que han permitido que la
Torá sea eliminada, están en
DESACATO contra la autoridad del
Creador.
Por eso, al
DESCONOCER el concepto de autoridad de
Yeshúa, como el Profeta que el
Eterno prometió, que hablaría
SÓLO lo que el
Padre le dijera, han convertido en un ídolo el nombre de Jesús, como si el nombre por sí sólo tuviera poderes sobrenaturales y mágicos. Lo mismo pasa con la sangre del
Mesías. La usan para todo, como si de un talismán se tratara. Como quien usa una cruz para enfrentarse al vampiro.
En realidad todo se trata de autoridad. ¿Quién tiene la autoridad suprema? El
Creador Todopoderoso. Él es invisible, es Espíritu, lo dice la Escritura. Para hacerse visible, emanó al
Hijo, a quien le entregó todos sus atributos, y quien es ahora la imagen visible del
Dios invisible. Por eso el
Hijo es el
Verbo, la
Palabra, la
Dabar. Lo que el
Hijo dice, es como si lo dijera el
Todopoderoso mismo. Así fue que por medio de Él creó todas las cosas, lo dice el Evangelio de
Juan. Es decir, por medio del
Hijo dio
INSTRUCCIONES a toda la creación; por eso el perro ladra, el sol quema, los astros giran, la nube derrama lluvia, etc. Toda la creación es obediente, menos el ser humano, porque a nosotros se nos dio libre albedrío, es decir, tenemos libertad para elegir si aceptamos o no la autoridad del
Todopoderoso.
Es un error creer que la
Torá fue dada por primera vez en el
Monte Sinaí. Esto equivale a decir que todos los seres humanos anteriores a Moisés (Abraham, Sem, Noé, Set, Abel, etc.) vivían
SIN Torá, es decir,
SIN Instrucciones, en
total anarquía. Y la
Escritura nos revela que
SÍ tenían
Instrucciones.
- Vemos a Adán y a Eva desobedeciendo la Instrucción de no comer del árbol prohibido.
- Caín y Abel presentaron ofrendas, sacrificios al Eterno.
- Noé sabía cuáles animales eran puros y cuáles inmundos.
- Abraham vivió una vida agradable al Eterno porque obedeció sus Instrucciones.
Esto es consistente con el carácter del
Eterno, de orden, totalmente
opuesto a la
anarquía.
Cuando sucedió el evento en el
Monte Sinaí, la situación había cambiado. El pueblo no estaba conformado ya sólo por una familia (la de
Abraham) sino por
miles de personas, entre hebreos y la multitud mezclada. Las
Instrucciones tenían que ser más específicas, y ahora
por escrito.
Desde entonces, y hasta antes de la llegada de
Yeshúa, el
Instructivo mandaba, la
Torá indicaba qué hacer, cómo y cuándo... Indicaba qué
NO hacer, lo que estaba
MAL hacer, y también indicaba el
castigo por desobedecer (
la muerte). Paralelo a esto último, se especificó la forma de
no morir, en el sacrificio de animales puros e inocentes, lo cual
NO eliminaba el pecado; es decir,
NO eliminaba la desobediencia y la rebeldía del ser humano, sólo
CUBRÍA el pecado,es decir, la transgresión a la Torá.
Por lo tanto, el pueblo vivía
BAJO la autoridad de la
Torá, que quiere decir que, como constantemente estaban desobedeciendo, siempre estaban bajo el peligro de ser castigados por la misma
Torá.
¿Por qué esto fue defectuoso? Por la desobediencia del ser humano. Es blasfemia pensar que
Dios hizo algo imperfecto ¿cierto? Por lo tanto, si las Instrucciones (
Torá) eran prefectas, ¿por qué se dice que el trato fue defectuoso? En ese trato entre Dios (perfecto), la Torá (perfecta), y el hombre… el único imperfecto es el hombre. Había que darle a ese trato lo necesario para que se
ELIMINARA en el hombre el impulso de querer desobedecer.
Cuando el
Eterno envió a
Yeshúa, su
Hijo, en forma de hombre, le encomendó:
- Que mostrara cómo se debía obedecer la Torá, echando por tierra toda tradición o mandamiento de hombre.
- Mostrar cómo usar el amor y la misericordia del Eterno, en combinación con Su Justicia, para obedecer la Torá.
- Morir en el lugar de la humanidad, recibir Él mismo el castigo que nos correspondía como pago por transgredir las Instrucciones, la Torá.
- Resucitar, y ascender al cielo como Vencedor.
Al cumplir cabalmente con esta misión, el
Hijo pudo decir entonces:
Mateo 28:18 escribió:
Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
No dice “
me SERÁ dada” en futuro. No. Habla en
presente.
Por eso ahora ya no estamos
BAJO la Ley, no estamos BAJO la
Torá, porque la
Escritura dice:
1 Juan 3:9 escribió:
Todo aquel que es nacido de Dios, NO PRACTICA EL PECADO, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
Esto no significa que ya no cometamos errores. Lo que esto significa es que quien ha decidido obedecer la
Torá del
Eterno, bajo la autoridad de
Yeshúa el
Mesías, ha entrado en el Nuevo Pacto, el cual incluye que la
Torá es escrita en el corazón y la mente del creyente. Equivale a insertar un chip que hace que
DESEEMOS obedecer la
Torá.
Por eso, el Nombre que es sobre todo Nombre,
NO es un talismán, ni la Sangre del Mesías es un conjuro mágico, que puedan repetirse como
MANTRAS para hacer peticiones y obtener bendiciones.
No. El Nombre de
Yeshúa contiene (hasta en su significado literal) la autoridad del
Eterno Todopoderoso, y para estar bajo Su autoridad, debemos obedecer Sus Instrucciones.
Así que a partir de ahora, cuando digas “
¡En el Nombre de Jesús!” pregúntate si realmente estás
BAJO la autoridad del
Hijo.
¡Shalom!