La visión de Pedro NO se refería a COMIDA.
Después de la visión donde a
Pedro se le aparecen por tres veces animales inmundos, y estando aún perplejo por la extraña orden del
Eterno de "
Mata y come" (imagino el asco de
Pedro, como si alguien me dijera "cómete esa tarántula"), llegan a buscarlo los tres hombres enviados por
Cornelio.
Hechos 10:18-19 escribió:
Y llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro. Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.
La visión seguía dándole vueltas en la cabeza a
Pedro ¿Te das cuenta? No es que
Pedro bajara corriendo las escaleras, feliz diciendo: "
Aaaah, ahora recuerdo que hace más de diez años, el Mesías nos dijo algo de que ya había Él hecho limpios todos los animales, y ahora podemos comer de todo, ¡Pongan a guisar tocino!"
¡NO! Esa orden era extraña y desconcertante para él, por lo que se esforzaba en encontrar su verdadero significado. Y no tardaría en que el
Eterno se lo revelara.
Hechos 10:20-22 escribió:
Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado. Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido? Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus palabras.
Recordemos:
Cornelio NO era
judío.
Cornelio era un "
temeroso de Dios, un prosélito de la puerta." Era un
gentil muy buena persona que se esforzaba en guardar la
Torá lo mejor que podía, y en
Cesarea era reconocido por eso. Pero no estaba en
Pacto con el
Eterno, no era del pueblo de
Israel. Eso estaba a punto de cambiar al momento en que obedeció la instrucción del ángel para poder escuchar lo que
Pedro tenía que decirle.
Hechos 10:23-24 escribió:
Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fue con ellos; y le acompañaron algunos de los hermanos de Jope. Al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos más íntimos.
¡
Cornelio había preparado una reunión para escuchar a
Pedro! Este hombre es digno de admiración... Ni sabía qué les iría a decir
Pedro, pero ya estaba emocionado.
Hechos 10:25-26 escribió:
Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre.
Es conmovedor este varón... Evidentemente era ignorante de muchos aspectos de la
Torá, desde el momento que se postra ante
Pedro, y en su ignorancia demuestra, como puede, la reverencia que le da a ese momento, por la emoción que siente.
Hechos 10:27 escribió:
Y hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían reunido.
Después de instruir a
Cornelio un poco sobre la
Torá,
Pedro entra a la casa, para encontrarse frente a frente con aquel grupo de gentiles.
Hechos 10:28 escribió:
Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; PERO A MÍ ME HA MOSTRADO DIOS QUE A NINGÚN HOMBRE LLAME COMÚN O INMUNDO;
¡Ni juntarse, ni acercarse, y menos entrar a la casa de un extranjero! Eso los rabinos lo tenían
prohibido en su halajá,
pero NO ESTÁ en la Torá, NO ESTÁ en la Ley de Moisés; esa prohibición era una
TRADICIÓN DE HOMBRES. Hasta hacía pocas horas,
Pedro era un judío creyente en
Yeshúa, aún con telarañas rabínicas en su cabeza. De pronto, al verse en la situación de haber hospedado a
gentiles el día anterior (
¿Qué habrá pensado Simón el Curtidor, dueño de la casa?), de tener que viajar
CON gentiles, y de pilón
ENTRAR a una casa llena de
gentiles...
Qué shock para Pedro... Pero seguro que durante todas esas horas estuvo haciendo la
conexión entre la
visión, y el encuentro que el
Eterno preparó. Y llegó a una conclusión:
con la visión, el Señor NO HABLABA DE COMER ANIMALES NO APTOS PARA CONSUMO HUMANO. El
Eterno no estaba terminando con
Levítico 11. Estaba preparando la mente de
Pedro para que asimilara que estaba comenzando la siguiente fase del
Plan de Salvación, lo dicho en
Juan 3:16, para romper de un martillazo la doctrina rabínica, y que
Pedro ampliara su perspectiva.
Porque no es fácil romper paradigmas, no es fácil eliminar el adoctrinamiento.
Hechos 10:29 escribió:
por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir?
Qué maravillosa actitud de
Pedro, y qué conocimiento tan profundo del carácter del
Eterno. Cuando recibió la orden de comer animales impuros, inmediatamente la sometió a
Levítico 11. Luego de tres veces, y conociendo que el
Eterno NO CAMBIA, no bajó corriendo a buscar a un cerdo para comérselo;
no, se quedó a la expectativa, confiando en recibir la explicación real detrás de esa orden. Y por eso fue
sin protestar, obedeció la
Instrucción.
Fue el primero a quien el
Eterno envió a los
gentiles. Con
Pedro se inició la segunda fase del
Rescate.
Vista la historia en contexto, se torna fascinante ¿no es así?
Mañana veremos qué pasó con
Cornelio y su gente.
¡Shalom!