Hechos 18:21 escribió:
A ver... ¿A qué va a Jerusalén?... A celebrar una fiesta bíblica.
En este punto, los cristianos dicen que él celebraba las fiestas y guardaba la Torá, porque era judío... Es una pena, porque esa afirmación demuestra mucha ignorancia de la Escritura.
Las citas bíblicas (moedim, tiempos designados) las pensó Dios desde el Génesis, cuando creó el sol y la luna. Dijo que era para señalar los tiempos designados, en hebreo moedim, que después fueron traducidos como estaciones, y luego mal interpretados como primavera, verano, otoño, invierno. No, esa palabra moedim significa testimonio, solemnidades, tiempo, hora señalada, lugar, o reunión, y es utilizada justo en Levítico 23, cuando Dios ordena las citas anuales a Moisés. En Génesis 1 todavía no había sido formado el hombre, y ya las citas estaban preparadas.
Levítico 23:2 escribió:
Esto nos lleva al siguiente punto. LAS FIESTAS BÍBLICAS NO SON DE LOS JUDÍOS, son del Eterno. En primer lugar, no son de los judíos, porque en el Monte Sinaí, cuando Levítico 23, había doce tribus, no sólo una. Estaban Rubén, Simeón, Isacar, Leví, Gad, Benjamín, Judá, Zabulón, Neftalí, Aser, Dan, y las tribus de los dos hijos de José, Manasés y Efraín.
En segundo lugar, ese verso Levítico 23:2 dice claramente: las fiestas de Jehová, del Eterno. Son de Él, las diseñó para citarse con su pueblo cada semana en el séptimo día, y otras siete veces en el año: cuatro veces en la primavera, y tres veces en el otoño.
Y no sólo son citas para estrechar su relación con su pueblo; también son las señales proféticas: las moedim de primavera apuntaron al Mesías. Las moedim de otoño apuntan a la Segunda Venida.
Esto nos lleva al tercer punto. Jamás dijo Dios que haría dos pueblos con dos leyes diferentes. En ninguna parte de la Escritura se indicó que en el futuro, los judíos serían poseedores de la Torá, y los cristianos serían un pueblo SIN LEY.
Éxodo 12:49 escribió:
Esto lo sabía Saulo de Tarso, por eso les dijo a los efesios:
Efesios 2:12, 19 escribió:
¿Te parece que Saulo dice aquí “una ley para nosotros, y otra ley para los gentiles”?
Romanos 11:24 escribió:
A los romanos les dijo lo mismo. Un solo olivo es el bueno, no dos. Yo fui cortada del olivo silvestre, e injertada en el buen olivo, y por eso ahora soy parte de la familia de Dios, coheredera de las promesas y conciudadana de los santos. Por lo tanto, el Instructivo que yo sigo es la Torá. Una sola Ley, un solo Dios, un solo olivo. NO DOS.
Por eso, cuando vemos a Saulo acudiendo a Jerusalén a una moedim, sabemos que así estaba enseñando a las nuevas congregaciones. ¿Y por qué acudía a Jerusalén? Porque aún había templo, y varias fiestas eran peregrinas, es decir, tenían que celebrarlas en el templo. Por eso el templo fue destruido en el año 70, ¿recuerdas que Yeshúa lo profetizó? Porque, como le dijo a la samaritana: llegaría el tiempo en que ya no se acudiría ni a Jerusalén ni a Samaria, porque el Eterno busca servidores en espíritu y en verdad.
Mañana veremos qué hizo Saulo después de acudir a la moedim a Jerusalén.
Nosotros acabamos de celebrar Yom Teruah, la fiesta de las trompetas. Y nos preparamos para Yom Hakkipurim y Sukot...
¡Shalom!