De 1957 a 1963 la comunidad científica y médica creyó que había encontrado la fórmula mágica para aliviar a las madres embarazadas de los molestísimos síntomas del embarazo en los primeros tres meses.
Quien ha estado embarazada sabe lo tremendamente espantoso que puede ser ese período, entre náuseas, vómitos, repulsión por ciertos alimentos, y ansiedad extrema por otros. No cabe duda de que quien lanzó al mercado la Talidomida lo hizo con la mejor intención del mundo.
Las mujeres tomaron el fármaco anhelando algún alivio a esa difícil etapa del embarazo; y funcionó. Las embarazadas y los médicos estaban felices; durante seis años se estuvo administrando, al mismo tiempo que muchos de aquellos bebés nacieron con muy diversos y muy graves problemas.
Previa escribió:
La bendición se convirtió en tragedia: los niños que lograron sobrevivir (porque algunos morían en el útero, o al nacer) hoy en día son adultos sin brazos, sin piernas y/o con algún problema de salud que han venido arrastrando a lo largo de toda su vida.
El fármaco fue retirado inmediatamente después de que encontraron su relación directa con las malformaciones en los bebés, que ya eran miles. Yo recuerdo que mi mamá me contó que a ella también le ofrecieron esa medicina, pero la rechazó. ¡Gloria al Señor! En esa etapa estaba embarazada de mí. Y yo recuerdo muy bien esa historia.
¿Y por qué esta historia está en la sección de Torá?
Porque me hizo relacionarla con otra historia de las Escrituras, con la que tiene algo en común. Es la historia de los dos hijos de Aarón.
Levítico 10:1-2 escribió:
Lo que tienen en común son:
Sí, Nadab y Abiú fueron a ofrecer fuego al altar del Eterno, lo pusieron en sus incensarios tal y como se les había enseñado en el capítulo anterior. Lo hicieron tal y como se les enseñó; entonces ¿Por qué el Eterno lo consideró FUEGO EXTRAÑO? Lo explica en el mismo primer versículo. Simplemente porque Él nunca se los mandó. Así nomás. No era fuego diferente, no eran incensarios incorrectos, tampoco era un tiempo inoportuno. No, lo hicieron tal y como se los enseñaron, pero en un momento en que el Eterno NO SE LOS ORDENÓ.
Cómo quisiera que esta enseñanza la leyeran todos mis antiguos hermanos cristianos, sobre todo los que me dicen que cualquier día es igual para ir a adorar al Eterno, con tal que lo hagamos de corazón, con las mejores intenciones. ¿Sirvieron de algo las buenas intenciones en el caso de la TALIDOMIDA? ¡NO! Aún con las mejores intenciones, los que desarrollaron el fármaco, y los médicos que se lo prescribieron a las embarazadas, eso no impidió que el fármaco hiciera lo suyo: afectar el desarrollo del feto.
Cómo quisiera que la leyeran los que dicen que Navidad está bien, que no importa que en la Biblia no esté ordenada, porque al cabo ellos lo hacen con la buena intención de recordar al niño Jesús, que nació y que vino a salvarnos, y un largo etcétera de buenas razones. ¿Servirán estas buenas intenciones ante el altar del Eterno? ¿Recibirá este fuego sin considerarlo FUEGO EXTRAÑO? Con el simple hecho de que Él NO LO HAYA ORDENADO, con eso debería de ser suficiente para reconsiderar lo que se está haciendo en la cristiandad.
¡NO OFREZCAMOS FUEGO EXTRAÑO AL CREADOR TODOPODEROSO!
FUENTES:
https://previa.uclm.es/profesorado/...talidomida.html
https://www.vix.com/es/btg/curiosid...historia-oscura