Y MENOS EN PRESENCIA DE OTRA GENTE
Hace unos días, estando en una reunión, al anfitrión le tomaron una foto. Él es de complexión más bien robusta, pero de muy buen parecer. Cuando su esposa vio la foto, al ver que le favorecía, ella dijo:
Citar:
Yo noté ese comentario, y pude percibir lo que significó para su esposo el escucharlo. No dijo nada, de hecho no tuvo nada qué decir.
La mayor parte de las personas, una vez casados, comienzan a ganar kilos. Puede haber muchos factores, pero todos tienen que ver con el sedentarismo, la falta de tiempo, la falta de motivación, o la falta de interés. Sin embargo, más allá de las cuestiones estéticas o sensuales, el problema del sobrepeso es un riesgo para la salud.
Esto es a favor de los esposos que desean ser prudentes, que quieren seguir los consejos de la Biblia, donde se nos dice:
"Efesios 4:29 escribió:
Aquella esposa, con su comentario, inflingió una herida muy profunda en la autoestima de su esposo; y no sólo en la autoestima, sino también hizo una grieta en la confianza que él debe sentir junto a su amada. Al escuchar su crítica tan inmisericorde, inoportuna, necia y despiadada, se debe haber sentido traicionado, atacado por la espalda, puesto que provino de la persona que supuestamente le está cuidando las espaldas.
Acepto que no es agradable ver cómo el cuerpo de nuestro cónyuge va ganando en volumen más y más... Pero como dije, tenemos una verdadera arma que va directo contra lo que deseamos realmente aniquilar: el sobrepeso. No sobre las emociones de nuestra pareja, sino sobre el verdadero problema.
Entonces, en lugar de hacer ese tipo de críticas tan destructivas respecto de la apariencia, se puede tratar el tema en privado, enfocándolo desde tu preocupación por la salud de tu esposo o esposa, sugerir que oren juntos para obtener del Padre una solución, un espacio de tiempo, constancia y sobre todo cooperación mutua. Puede ser cambiar de alimentación, eliminar hábitos no saludables (refrescos embotellados, comida chatarra, harinas, azúcares, grasas, etc.), aumentar las horas de sueño, hacer ejercicio juntos, consultar a un profesional, etc.
Recordemos: el Padre Eterno está interesado en que cuidemos nuestro testimonio, nuestro crecimiento espiritual; y también está interesado en que cuidemos nuestro cuerpo, porque es el templo de su Espíritu Santo. Ayudemos a nuestra pareja a cumplir con ese mandamiento, y examinemos también nuestro cuerpo y nuestro testimonio, no sea que estemos fallando en esto:
Mateo 7:3 escribió:
Que sea de bendición ¡Shalom!