Hipatia ​ fue una filósofa y maestra neoplatónica griega, natural de Egipto, ​ que destacó en los campos de las matemáticas y la astronomía, ​ miembro y cabeza de la Escuela neoplatónica de Alejandría a comienzos del siglo V.

Hipatia nació en Alejandría, capital de la diócesis romana de Egipto, a mediados del siglo IV, en 370, según algunas referencias, y en 355,​ al decir de otras. Pero dado que su discípulo Sinesio de Cirene nació en torno a 375 y que no era natural de la época que el maestro tuviese la misma edad que su discípulo, esta última fecha parece la más correcta. Pero en realidad eso no es relevante; si tenía 40 ó 60 años cuando murió, el punto es cómo murió y por qué.

No se sabe nada de su madre, por lo que se cree que falleció al dar a luz. Su padre se hizo cargo de su educación, en la cual se esmeró porque quería que su hija fuera perfecta.

Hipatia recibió de su padre una educación muy completa, pues también viajó a otros países a ampliar sus conocimientos. Se dice que era extraordinariamente inteligente, y su padre le transmitió su insaciable sed de conocimiento y de investigación de lo desconocido.

En esas condiciones, Hipatia se dedicó en cuerpo y alma a la investigación, al estudio y a la enseñanza, siendo muy apreciada y reconocida internacionalmente, y mayormente por sus discípulos, que venían de todas partes del imperio, y que además algunos llegaron a ocupar importantes puestos.

Hipatia no se casó ni tuvo hijos. Se dice que era una mujer muy virtuosa y tolerante hacia las otras religiones. Se le consideraba una buena persona, y se le admiraba por su enorme cúmulo de conocimientos.

Sócrates Escolástico escribió: 

Había una mujer en Alejandría que se llamaba Hipatia, hija del filósofo Teón, que logró tales conocimientos en literatura y ciencia, que sobrepasó en mucho a todos los filósofos de su propio tiempo. Habiendo sucedido a la escuela de Platón y Plotino, explicaba los principios de la filosofía a sus oyentes, muchos de los cuales venían de lejos para recibir su instrucción.

A Hipatia le tocó vivir en un período de dolorosa transición del paganismo al cristianismo en el imperio romano. Aunque el imperio estaba gobernado por un emperador cristiano (Teodosio), y la religión cristiana se había convertido en la oficial (Edicto de Tesalónica de 380 d.C.), aún convivían más o menos pacíficamente los paganos con los cristianos. Con quienes tenían más pugnas violentas los cristianos eran contra los otros cristianos que no eran niceanos, sino arrianos y de otras corrientes.

Hipatia creció en una Alejandría en donde aún se vivía el paganismo con tranquilidad, aunque se sabe que ella nunca practicó ninguna de esas religiones, sino más bien se inclinaba a creer en la filosofía neoplatónica. Pero en lo que se fue convirtiendo en mujer madura, le tocó vivir y sufrir la creciente violencia de los cristianos fanáticos contra los judíos e incluso contra los paganos.

Varios de los discípulos de Hipatia eran cristianos, lo cual es una evidencia de su tolerancia religiosa; entre ellos estaba Sinesio, que se convertiría después en obispo de Ptolemaida.

Otro personaje importante en la vida de Hipatia fue el prefecto Orestes; no estoy segura de que haya sido su discípulo, pero lo que sí parece ser cierto es que Orestes le tenía una gran estima a la filósofa, y dependía en cierto modo de su consejo, sus opiniones y su sabiduría. Orestes, como muchos otros desde Constantino, fue de los que se convirtieron al cristianismo para obtener puestos públicos. Por eso trabajaba más o menos de acuerdo con Cirilo, el patriarca de Alejandría.

Entre Orestes y Cirilo comenzó a crecer una disputa, porque Cirilo (a diferencia de Teófilo, su tío y antecesor) era bastante agresivo en cuanto a reclamar para su puesto ciertas atribuciones que aumentaran su poder sobre la política de Alejandría. Es decir, Cirilo quería tener más poder e influencia que el mismo prefecto Orestes. Pero el emperador Teodosio II no lo respaldó, por lo que tuvo que buscar otra forma de vencer a Orestes.

Y lo encontró en la amistad de Orestes con Hipatia. Esparció rumores de que Hipatia era en realidad una bruja pagana, que mantenía hechizado a Orestes y que eso impedía que ellos pudieran llegar a ponerse de acuerdo; seguro que no le costó mucho trabajo que le creyeran. Y una turba enardecida, fanáticos cristianos sintiéndose muy "ungidos", la atacaron en la calle, la arrastraron a un templo cristiano, la desollaron viva con pedazos de cerámica, y una vez muerta, destazaron su cuerpo y lo quemaron en las afueras de la ciudad. Muy cristianos los fulanos, no cabe duda.

El otro día, en uno de los estudios del hermano Antonio Miranda, de la Casa de Estudios Cielos Nuevos y Tierra Nueva, escuché que mencionó una película llamada Ágora.


En la vida había escuchado yo mencionar a Hipatia, no conocía su historia. Y parece ser que por siglos esta historia no fue muy conocida, y la filósofa no fue reconocida hasta hace unas pocas décadas.

Como sea, parece que ahora se ha vuelto bastante popular, porque la han tomado como bandera del feminicidio, de la igualdad de géneros, y de las luchas religiosas.

Pero yo creo que esos enfoques están equivocados; esos enfoques son sólo el pretexto, la cortina de humo que hay detrás del verdadero motivo de ese espantoso asesinato: la codicia, la ambición, la sed de poder, cosas que NO tienen nada qué ver con amar a Dios, o querer que otros amen a Dios como yo lo amo. Se dice que fue fanatismo religioso; y  sí, definitivamente creo que la turba estaba compuesta por fanáticos religiosos. Pero ¿quién los instigó? ¿Un cristiano creyente piadoso? ¡NO! El instigador del ataque fue un individuo que se movía en la peor bajeza humana, movido por intereses muy particulares y egoístas, en el afán de detentar poder, eventualmente riquezas y posición política.

Y quiero hacer énfasis en esto, porque en mi familia hemos estado estudiando la Serie Doctrinas, que trata sobre las diversas doctrinas que fueron apareciendo a lo largo de los siglos después de que los apóstoles y los discípulos del Mesías fueron desapareciendo. Ahí estamos viendo cómo es que los creyentes en Yeshúa fueron perseguidos, cómo muchas de esas congregaciones se fueron paganizando, al grado de querer imponer sus "nuevas" creencias a los que aún se aferraban a la doctrina original de la Torá. Cómo incluso esos paganizados fueron perseguidos, y de las luchas sin cuartel que hubo entre judíos, judaizantes, creyentes sinceros, paganos y las diferentes doctrinas cristianas paganizadas que fueron apareciendo.

Pero también estamos viendo cómo es que, una vez que el cristianismo paganizado fue declarado la religión oficial, éstos que habían sido perseguidos sin piedad, torturados y masacrados con la mayor furia y violencia de la que el ser humano puede ser capaz ¡a su vez se convirtieron en perseguidores, como lo podemos ver en el ejemplo de Hipatia!

Entonces, ¿le echamos la culpa a que Hipatia era mujer independiente, autónoma, inteligente, y un atentado terrorista contra los hombres? ¿Le echamos la culpa al celo religioso de una turba de fanáticos cristianos? ¿o vemos las cosas tal y como son? Que Hipatia fue asesinada porque representaba una influencia formidable sobre Orestes, el rival de Cirilo, y un estorbo para el patriarca que quería más y más poder, que realmente de cristiano no tenía ni la suela del zapato.

No es casualidad que los paganos, mientras estuvieron en la posición y el poder para hacerlo, persiguieron y asesinaron cristianos a diestra y siniestra; y que cuando los cristianos estuvieron en las mismas circunstancias, lo primero que hicieron fue justamente lo que a ellos les hicieron: perseguir y asesinar paganos y judíos, y a todos los que no profesaban su misma fe niceana.

Y siglos después, cuando aparecieron los protestantes, los católicos mataban protestantes, luego los protestantes mataban católicos, y también mataban a otros protestantes que no pensaban como ellos,  y así ha seguido la historia de la humanidad hasta nuestros días.

Hoy en día es lo mismo, porque la naturaleza caída, esa naturaleza carnal, animal y diabólica, domina al grueso de la humanidad, sin  importar la creencia que profesen, o qué tan santos o poseedores de la verdad se consideren. El feminismo, los feminicidios, los infanticidios, los parricidios, y todos los cidios que se nos ocurran, todos son el resultado de la naturaleza caída. La intolerancia, el egoísmo, la ambición, la codicia, el odio... no tienen qué ver con ser hombres o mujeres, homosxuales o  heterosexuales, grandes o chicos, negros o blancos ¡no importa! Lo único que importa es tener un objeto al cual odiar y querer destruir, y perseguirlo hasta lograrlo; cualquiera puede ser el pretexto, el punto es desahogar esa furia asesina que existe en cada naturaleza caída.

Me dio tristeza enterarme de la vida y la muerte de esta pobre mujer. Una vida alejada del Eterno, de su Creador, dándole su veneración a filósofos, astrónomos y científicos que no conocían a Dios; y una muerte horripilante, destrozada pedazo a pedazo aún viva. Es uno de los ejemplos más vívidos de lo horrible que es la naturaleza humana.

¿O tú qué piensas?

---

Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Hipatia
https://es.wikipedia.org/wiki/Cirilo_de_Alejandr%C3%ADa
https://es.wikipedia.org/wiki/Orestes_(prefecto)
https://es.wikipedia.org/wiki/Sinesio_de_Cirene
https://www.youtube.com/watch?v=72bLcarCc9c
https://historia.nationalgeographic...alejandria_9797