En Guatemala aún se viven horas de angustia y desesperación, pues todavía hay muchísimos desaparecidos y, tanto la continua actividad del volcán, como la lluvia, han dificultado y demorado las labores de rescate, y búsqueda de cuerpos. En esa gente pienso en este momento en que estoy cómodamente sentada en mi cocina, con la tranquilidad de no haber tenido noticias malas durante la noche, y sabiendo que dos de mis hijos y sus familias están aquí a unos cuantos metros de mí.
Aquellas personas han tenido que irse a la cama en la noche, y despertar en la mañana, un día tras otro sin tener la posibilidad de ir en ayuda de sus seres amados.
¿Cuántos de ellos se han reconciliado con su Creador?
En el Día de Pentecostés, Pedro hablaba de la buena noticia de que las promesas del Eterno se estaban cumpliendo.
Hechos 2:39 escribió:
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
¿Quiénes eran esos "
vosotros?" Pedro se dirigió a dos categorías de personas:
- A los israelitas que estaban en Jerusalén celebrando la fiesta de Shavuot, y presenciando ese milagro en el templo, y
- "A todos los que están lejos, a los que el Eterno llamare"
¿Ves aquí alguna
división, alguna
separación, o el surgimiento de un nuevo movimiento o grupo de personas?
¡No! Lo que
Pedro dice es que aquí se está
cumpliendo la profecía de
Ezequiel.
Ezequiel 37:16-17, 21-22 escribió:
Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para toda la casa de Israel sus compañeros. Júntalos luego el uno con el otro, PARA QUE SEAN UNO SOLO, y serán uno solo en tu mano. y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; Y LOS HARÉ UNA NACIÓN EN LA TIERRA, en los montes de Israel, y UN REY será a todos ellos por rey; Y NUNCA MÁS SERÁN DOS NACIONES, ni nunca más serán divididos en dos reinos.
¿Será que el Altísimo se equivocó? ¿
O cambió de opinión en el último momento?
Por supuesto que no. No hubo
ninguna profecía de
separación, sino de
unión. El Día de
Pentecostés se les dijo a dos grupos de personas (
israelitas y gentiles) "
La promesa es para ustedes y sus hijos. A partir de ahora serán un solo pueblo, una sola nación, con un Rey que es Yeshúa, y una sola Torá."
El que vive separado de la
Torá y de
Yeshúa, no se ha unido al pueblo del
Eterno, vive y obra como
extranjero, está fuera de la nómina. Podrá ir a la
iglesia todos los
domingos, participar en todas las
actividades evangelísticas, levantar sus manos y cantar con emoción en la
alabanza, cooperar para las
misiones, repartir
volantes, poner un
pescadito en su carro, decir "
amén" y "
aleluya", leer la
Biblia, dirigir los
servicios, y muchas cosas más, pero... Si todavía cree que pertenece a la iglesia
gentil que supuestamente nació ese día de
Pentecostés, entonces, como
gentil y
extranjero, el
Eterno le desconoce. Para ellos es esta palabra:
S. Lucas 6:46-49 escribió:
¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. MAS EL QUE OYÓ Y NO HIZO, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, SIN FUNDAMENTO; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.
Y también:
S. Mateo 7:22-23 escribió:
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad(*)
(*) Strong griego 458. anomia, que se traduce literalmente "SIN LEY."
Si has recibido diariamente este pequeño mensaje, y aún no entras en ese
Pacto divino, es que eres de "
los que están lejos, y el Eterno te está llamando." Si no lo has marcado sólo como "
visto" y lo has estado leyendo, entonces
estás en el lugar correcto y el momento correcto, como aquellos israelitas que obedecieron el mandamiento y subieron a
Jerusalén a celebrar
Shavuot.
Ahora sólo falta que preguntes con un corazón compungido "
¿Qué puedo hacer?"
Éste puede ser un día muy especial, el de pedir
perdón, el de reconocer nuestros
errores, el de ponernos a cuentas, de volver al camino correcto que se trazó en el primer siglo con la vida, la muerte y la resurrección de
Yeshúa, y con el envío del
Aliento Santo en Shavuot.
¡Shalom!