Los Boy Scouts siempre fueron para mí como una curiosidad de Estados Unidos. Hasta ahora me percato de que nunca les di mayor importancia.

Sin embargo, representan todo lo que es y fue de peligro para mis hijos, sobre todo eso de irse de campamento lejos de mí, a cargo de varones adultos y un grupo de niños, para dormir solos, lejos de mí (insisto). Para que me entiendas, debes saber que una de las reglas INAMOVIBLES durante la niñez de mis hijos fue:

Así, inamovible, inflexible, absolutamente inflexible. Es decir, podían ir a la pijamada, divertirse un buen rato, jugar a las guerras de almohadas, ver películas, etc. Peeeeero... A la hora de prepararse todos para dormir, debían llamarme para que fuera por ellos, a la hora que fuera.

Mi hijo escribió: 

¡Pero mamá, eso no es divertido!

Yo escribió: 

Lo siento, ésa es la regla.

Mi hijo escribió: 

¡Es que lo divertido es despertarnos en la mañana a desayunar!

Yo escribió: 

Ya conoces la regla; si quieres, ésa es la condición.

Al principio, alguno prefirió no ir. Pero después de que yo les explicaba el motivo de esa regla TAN INFLEXIBLE, no les quedaba más remedio que ceder.

Éste era el motivo en que basaba esa regla:

Citar:

Mientras estás despierto, estás alerta y consciente de ti mismo. Una vez que te duermes, pierdes el control, y cualquier persona puede hacerte daño. ¿Quién podría querer hacerte daño en la casa de tu amigo? Si lo supiera, te diría "Cuídate de fulano o de sutano". Pero aunque yo confíe en los padres de tu amigo, no sabemos si ESE DÍA le llegó de visita un tío, un primo, un amigo, algún varón que YO no conozco, y que pueda ser un potencial agresor".

Recuerdo que me preguntaban:

Mi hijo escribió: 

¡Ay, mamá! ¿Qué puede pasar?

Y yo contestaba:

Yo escribió: 

Si lo supiera, te diría específicamente "cuídate de esto, cuídate de lo otro". El problema es QUE NO SÉ, no tengo todas las respuestas, no soy adivina, no sé qué pueda pasar, pero definitivamente el dormir lejos de mí, fuera de mi cuidado y supervisión, es un riesgo que no estoy dispuesta a correr; porque las consecuencias pueden ser devastadoras e irreversibles.

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Hace un momento terminé de ver el documental de Netflix "Scouts Honor: Los Archivos Secretos de los Boy Scouts de EE. UU." y casi me caigo para atrás. ¡Me horroricé! Son más de 80 mil víctimas de abuso s3xu4l (registradas) que han demandado a la organización. Pero deben ser muchísimas más, todos aquellos que no han tenido el valor de revelar su oscuro secreto.

Le doy vueltas en mi  mente al asunto de los Boy Scouts, y sobresale una enorme compasión por esos niños y sus padres. Esa sensación de haberles fallado a tus hijos, de no haberlos sabido cuidar y proteger de los depredadores. Y la vergüenza y el dolor paralizante y destructivo en aquellas almas tan jóvenes, que en ocasiones los llevó a las drogas y hasta el su1c1di0.

Por décadas estuvieron encubriendo los casos de abuso, con tal de proteger la organización. La organización era más importante que unos cuantos individuos.

No puedo dejar de ver al satán detrás de esta monstruosidad.

Te dejo aquí el trailer oficial (está en inglés, no lo hallé en español), pero hay otras plataformas que sí lo presentan en español, cuestión de teclearle al buscador. Pero definitivamente te recomiendo que lo veas. Si tienes niños pequeños, JAMÁS les permitas dormir fuera de tu casa, lejos de tu mirada vigilante.