Sir Arthur Conan Doyle, el autor de Sherlock Holmes, fue uno de los que cayó redondito en el engaño
A principios del siglo pasado, en 1917, Frances Griffiths de 10 años, y su prima Elsie Wright de 16, lograron fotografiar imágenes de hadas y duendes de una forma tan realista que lograron engañar a todo el mundo durante más de 60 años, diciendo que eran reales, y que ellas habían visto y jugaban con hadas y duendes.
¿Cómo fue que lograron esto? Bueno, hubo varios factores que influyeron:
- En aquellos años la fotografía iba comenzando, de manera que las imágenes no eran muy buenas, estaban muy pixeleadas, por lo que ni había ojo entrenado para poder detectar falsificaciones, ni se tenía la tecnología necesaria para descubrirlas.
- El mundo estaba viviendo años muy difíciles; la Primera Guerra Mundial estaba por comenzar, así que Europa vivía momentos de gran tensión.
- Como suele suceder en el ser humano, es más fácil creer en las hadas, los duentes y los fantasmas, a creer que existe un Todopoderoso que vendrá a destruir a sus enemigos.
- Estaban resurgiendo ciertas disciplinas intelectuales, científicas y filosóficas de la antigüedad, intentando descifrar el misterio de Dios y la naturaleza, entre ellas la Teosofía.
- Debido al estallido de la Primera Guerra Mundial, cuando comenzaron a caer los primeros soldados en el frente de batalla, muchos de los familiares de los desaparecidos deseaban creer en lo sobrenatural y que existía algo más allá de esta vida.
Breve Resumen de la historia:
Las dos niñas eran primas, y estaban pasando juntas una temporada; una de ellas tomó la cámara fotográfica de su padre y se fueron a pasear a un arroyo cercano a la casa. Cuando volvieron, le pidieron al papá de una de ellas que revelara las fotografías. Al ver una de las imágenes donde aparecía la pequeña Frances con unas extrañas manchas, le preguntó a su hija qué eran, y su hija le contestó que eran las hadas con las que jugaba. El padre dedujo que todo era producto de algún fotomontaje, arte en el cual su hija era muy buena.
Las fotografías continuaron durante esa temporada, y todo estaba quedando en familia; pero la madre de Elsie sí les creyó, por lo que en la primera oportunidad que tuvo, dos años después, lo comentó en una reunión de teosofía. El tema llegó a oídos de Sir Arthur Conan Doyle, que era reconocido como espiritista, actividad en la cual se había involucrado después de haber perdido a uno de sus hijos en la guerra.
Periodistas, escritores, espiritistas, expertos en fotografía... Entre todos había opiniones a favor y en contra de la legitimidad de las imágenes; pero al fin Sir Arthur prefirió creer, y publicó escritos acerca de las hadas de Cottingley. El lugar se hizo famoso, y se llenó de curiosos e investigadores de lo paranormal que iban al arroyo donde supuestamente se aparecían las hadas; ninguno jamás vio nada, y poco a poco el interés fue disminuyendo.
Para mí, lo más insólito de esta historia no es que dos niñas hubieran mentido acerca de las fotografías que lograron, usando recortes de hadas tomados de uno de sus cuentos infantiles, y que habían sujetado con alfileres para sombreros. ¿Cómo es que parecían tan reales, hasta en movimiento? Fácil, una de ellas lo explica, ya anciana, con una risita medio burlesca, diciendo que era natural que los cartones se movieran con el viento. También confesaron que los dibujos de las hadas los habían tomado del cuento "Princess Mary’s gift book" de Arthur Shepperson.
Como digo, esto no es lo más insólito. Lo que a mí me parece absolutamente desconcertante es que estas dos niñas, cuando crecieron, se convirtieron en jóvenes, luego en mujeres casadas, madres de familia, mujeres mayores, y finalmente ancianas... Todos esos años se mantuvieron en el dicho de que las hadas eran reales, y que las fotografías eran genuinas. ¿Puedes imaginarte eso? De hecho hay una historia paralela de un hombre llamado Joe Cooper, un héroe de guerra y profesor académico, joven, casado y con hijos, cuya vida se cruzó con la de estas dos ancianas. Él se obsesionó a tal grado con la historia de las hadas, que dejó todo para dedicarse a investigarla, procurando conseguir material mediante entrevistas con las ahora ancianas fotógrafas. Según dichos de la esposa de Joe Cooper, estas ancianas lo mantuvieron en suspenso durante años, sin soltarle prenda y haciéndole creer que había una verdadera historia asombrosa detrás de las fotografías. Finalmente un día se decidieron a confesar la verdad, y este hombre no pudo con ella. Desapareció después de seis meses de rumiar en silencio su devastadora decepción, y cuando reapareció, ya no pudo regresar con su familia; todo parece indicar que su experiencia con las ancianas le cambió la vida para siempre.
Por supuesto que ellas se deslindaron de cualquier responsabilidad, y desmintieron los dichos de la ex-esposa de Cooper negando las acusaciones. ¡Pero claro! ¿Qué se podía esperar de dos mujeres ya ancianas que esperaron casi 70 años para confesar un engaño que perpetraron desde su infancia? ¿Tendrán credibilidad al negar su participación en la ruina de este hombre? Yo no lo creo.
Pero esto no terminó aún, ya que, aún después de haber confesado el fraude, una de ellas, Frances, se aferró a que la quinta fotografía sí era real, y que las hadas sí eran reales. ¡Hazme favor! Al menos Elsie, la mayor, no apoyó este dicho de su prima, y al final ya se sostuvo en que todas las fotografías habían sido arregladas por ellas.
No puedo siquiera imaginar la vida que llevaron estas mujeres durante casi 70 años de sostener una mentira de esa magnitud. ¡Engañaron a todo el mundo durante décadas! De hecho al parecer durante ese tiempo ellas casi no se dirigieron la palabra. Eso puedo entenderlo; qué difícil de todas maneras sería el ver a los ojos a alguien con quien compartes tan grande secreto, a la cómplice; la vida de cada una estaba en las manos de la otra.
Ellas mismas dijeron que se sorprendieron de lo fácil que había sido engañar a su madre, a los periodistas, a los investigadores, al mismísimo Sir Arthur, una persona tan intelectual, tan preparado. Su conclusión era que en realidad ellos deseaban ser engañados, deseaban creer en las hadas.
¿Y cómo no? Como siempre lo digo, y porque así es, el desconocimiento de nuestro lugar en la Creación del Todopoderoso, la pérdida de nuestra identidad, da como resultado miles y miles de creencias, y el ser humano se aferra a lo que sea que le dé una esperanza. El ignorar las Escrituras y el perfecto Plan de Salvación del Eterno, hace que por lo general opten por la esperanza equivocada.
1 Pedro 5:8 escribió:
PRIMERA FOTOGRAFÍA
SEGUNDA FOTOGRAFÍA
TERCERA FOTOGRAFÍA
CUARTA FOTOGRAFÍA
QUINTA FOTOGRAFÍA
Entrevista a las ancianas. Está en inglés y traducido al portugués; no encontré ninguna entrevista en español. Sin embargo, ahí puede entenderse un poco la descripción que una de ellas hace de la forma cómo colocaron los recortes en cartón, los clavaron en la tierra con los alfileres, y cómo es que se vieron como "en movimiento" a causa del viento.
Y tú, ¿qué piensas?
¡Shalom!

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